e-horror: Spanish Horror Movies

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lunes, 3 de octubre de 2011

Matadero Cárnicas Celdran S.A.

Matadero Cárnicas Celdran S.A.

Hoy me he levantado con la pantalla del portátil rota. Hecha añicos. Lo compre en Julio y por lo tanto creo que todavía está en garantía. Revisando los desperfectos en mi bonito portátil, me han venido a mi las imágnes de lo que viví en un Matadero de Cerdos abandonado en las cercanías de la ciudad de Murcia. He cogido mi bici, he comprado algunos viveres en el Lidl para hacerme un bocata de chorizo con queso Camembert y me he ido al Matadero. Y es desde aquí donde  escribo estas notas, en la aplicación de bloc de mi iphone, con una sensación entre la tranquilidad que da la soledad del lugar y la incertidumbre que producen unos recuerdos inexpiables. Hace exactamente un año, intente desarrollar un proyecto llamado Inmóvil; una historia basada en mis experiencias personales como experto en diseño de software, para ello quería generar una campaña de Marketing Digital sobre distintas leyendas urbanas de la Región de Murcia. Me puse a preguntar entre la gente de la comunidad gitana de Espinardo y a modo de juego me llevaron a un matadero de cerdos abandonado de la empresa Cárnicas Celdran. S.A., en las cercanias de la senda de Guadalupe. En este periodo establezco relación con un chico llamado Vicente, un tipo conflictivo, reflejo de mi pasado más reciente, al cual guardo mucha simpatía por razones más que obvias. La primera vez que visitamos el recinto del Matadero nos acercamos Vicente y yo solos, sin linternas, y como única luz la que proyectaba su NoKia Xpress Music mientras grababa, ya que por aquel entonces no tenía ni siquiera una terminal móvil. Vicente me dio una vuelta por el interior del Matadero, entre sustos, carreras, para conseguirme  sugestionar. Yo en esa época llevaba una alimentación calamitosa, al igual que ahora, es decir prácticamente no comía por lo tanto estaba mas preocupado de no caerme que de las pantomimas que hacia Vicente. Las dependencias que me enseñaba no eran más que un lugar abandonado que olía a la  degeneración propia de un sitio que había sido utilizado para la matanza sistemática de cerdos, de los todavía se podían encontrar restos; huesos y carne podrida. En las dependencias de este edifcio de dos plantas, Vicente me llevo a un sitio que si me llamo poderosamente la atención, una habitación completamente blanca en la que había una vela encendida, un recorte de periódico, y una cruz hecha a mano.
Continuará
e-horror
Primera Grabación

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